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Modelo Plancartista

José Antonio Plancarte y Labastida (1840-1898):

Siervo de Dios, José Antonio Plancarte y Labastida
Si, señores, ellas son la más bella esperanza que abrigo en mi pecho, porque estoy íntimamente convencido de que tanto los males como los bienes, le han venido al mundo de la mujer, y por lo mismo, no me juzgaréis extravagante, si después de probaros con la historia esta verdad, deduzco que la felicidad de México estriba en la educación de la mujer".

J.A.Plancarte

José Antonio Plancarte y Labastida, nació en México, D.F. el 23 de Diciembre de 1840. Sacerdote católico que se atrevió, en 1867, a fundar en Jacona un Colegio para niñas.

El amor de Plancarte por la educación, y el empeño y la dedicación con que se entregó a ella, le llevaron a concebirla de una manera peculiar: Privilegiar la educación del corazón.

Si la idea principal del Modelo Pedagógico de Don José Antonio Plancarte, es la educación del corazón el papel primordial del maestro, sus comportamientos y sus metodologías didácticas deben ser congruentes con este fin. Nuestro modelo Plancartista circunscribe el éxito en un proceso de aprendizaje a seis principios fundamentales:

1. Testimonio

El primer principio Plancartista es: "Más se enseña con el ejemplo que con las palabras". Por lo tanto, los maestros y Directivos tienen que reunir en sí aquellas virtudes que se quieren enseñar. Los alumnos deben ver que sus maestros y autoridades practican todas las virtudes que les enseñan.

2. Cariño y Comprensión

Las actitudes que un maestro y Directivo debe mostrar hacia los alumnos son de cariño y comprensión. Las conductas especificas que deben mostrar son:

· Ser comprensivos

· Moderar situaciones difíciles

· Reconsiderar cualquier castigo que piensen imponer

· Dar siempre una oportunidad mediante un acuerdo

· Disimular su propio dolor, en atención a los alumnos

· Ser considerado con las penas y sufrimientos de los alumnos

· Proteger a los alumnos de los peligros

· Procurar un ambiente festivo y jovial

· A pesar de sus múltiples ocupaciones pensar en los alumnos.

3. Conocimiento y trato personal

Por otro lado, Directivos y alumnos deben de manejar un trato personal a través de conocer a todos sus alumnos y ser capaces de hacer una descripción detallada de sus virtudes y carencias; Este conocimiento debe ser fruto de su atenta observación y de su disposición de escuchar a los alumnos.

4. Respeto y promoción de la personalidad

Evidentemente un conocimiento y trato personal es el antecedente lógico para sustentar una actitud de respeto y promoción de la personalidad de los alumnos.

De aquí que los Directivos y maestros deban preocuparse de que cada uno de sus alumnos aproveche al máximo sus capacidades y promover estas capacidades a través del reconocimiento.

5. Innovación y creatividad.

Los recursos, criterios y métodos didácticos que se utilicen deben ser innovadores y creativos: "Por excesivo temor a las innovaciones, hay demasiado apego a la rutina".

6. Actitud Pedagógica

Con relación a sus actitudes pedagógicas se definen magistralmente en la siguiente frase: "Gánenles el corazón. Háganles amable la virtud, interesante el estudio, grato el quehacer, desapercibida la vigilancia y fácil el camino al cielo".  Continúa...

 

 
   
 
Fundador de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe

Fué un hombre elegido por Dios para grandes obras en la Iglesia. Nació en la ciudad de México el 23 de Diciembre de 1840. Sus padres fueron Francisco Plancarte Arceo y Gertrudis Labastida y Dávalos, originarios y residentes de Zamora, Michoacán. Lo bautizaron al día siguiente en la Parroquia de San Miguel Arcángel. Realizó sus primeros estudios en Guadalajara y Morelia. José Antonio fue el único de los once hijos que nació en México, por razones de salud de su madre, lo cual fue providencial, pues gracias a ello la Santísima Virgen de Guadalupe vio nacer muy cerca de ella a este niño que, con el tiempo, sería gran promotor del guadalupanismo. Estudió la Primaria en Guadalajara y Morelia, con tanto éxito que a la edad de once años presentó examen público frente a selectos sinodales, obteniendo mención honorífica. Sus estudios los continuó en el Seminario Tridentino de Morelia.

En 1856 fué enviado por su familia a Europa a continuar sus estudios académicos. Fue ahí en Santa María de Oscott en Inglaterra donde sintió su vocación al sacerdocio y se trasladó a Roma a realizar sus estudios eclesiásticos.

José Antonio aseguraba la unión de su vocación sacerdotal con la devoción a la Virgen Santísima especialmente en la devoción puntual del Rosario. En 1865, antes de su ordenación, escribía: "Llegó el mes de mayo, el mes de María. El mes de mi vocación al sacerdocio, el mes más lleno de recuerdos para mí". Fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1865 y el 13 de junio cantó su primera misa en la Iglesia del San Ignacio de Loyola, sobre el sepulcro de San Luis Gonzaga en Roma.

Una vez ordenado sacerdote, manifestó continuamente su amor y consagración a la Virgen en sus peregrinaciones a los santuarios marianos. Escribía: "¡Bendita sea María, a cuya devoción debo la sin igual dicha de haber ingresado al sacerdocio!". Con la bendición del Papa Pío IX, su gran protector, regresa a México en noviembre de 1865, dispuesto a consagrarse en cuerpo y alma al bien de su amada Patria, luchando incansablemente por extender el Reino de Dios. Muy pronto es nombrado Párroco de Jacona, Michoacán, donde permaneció del 27 de noviembre de 1867 al 24 de abril de 1882. El Padre Plancarte y Labastida inicia su obra educativa dedicándola a la Santísima Virgen de Guadalupe. Así, el 12 de noviembre de 1867, abría el Colegio de la Purísima para Niñas, en Jacona, Michoacán. En su Diario escribió: "Este día, consagrado por los mexicanos a Nuestra Señora de Guadalupe, fue el señalado para la apertura del primer establecimiento de instrucción para niñas en el pueblo de Jacona. La maestra y las diecisiete niñas fundadoras se prepararon desde el día anterior con la confesión sacramental; y a las seis de la mañana se cantó la misa de la Santísima Virgen, en la cual todas comulgaron. Luego leí unas reglas provisionales que tenían por objeto la moralización de aquellas jóvenes y el plan de estudios. La mañana quedaba consagrada a los estudios y la tarde a la labor; puse meditación, examen de conciencia y lectura espiritual diariamente... ".

El Padre José Antonio Plancarte siempre se preocupó sobre todo por formar sacerdotes enviando a Roma un buen número de jóvenes al Colegio Pío Latino, de donde regresaron a su Patria, algunos llegaron a ser Obispos.

 

 

En 1873 fundó el Colegio de San Luis. En 1876, estableció una escuela gratuita para jóvenes y un año después obtuvo de Propaganda FIDE el título y privilegios de un Misionero Apostólico. Desde años atrás, venía el Padre José Antonio pensando en la necesidad de una nueva congregación religiosa para la atención de sus obras educativas, redactando en 1877 el reglamento para ello. El 2 de febrero de 1878 fundó la Congregación de Religiosas Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, cuyo objetivo fue la educación de la niñez, la juventud y la mujer, la asistencia a los enfermos y ancianos, las misiones y la catequesis extra escolar. Durante su estancia en Jacona, el Padre Plancarte también se dedicó a promover algunas mejoras materiales, como la construcción de la línea de tranvías de Zamora a Jacona, la reparación de la parroquia de Jacona y el cementerio El 15 de abril de 1879, el Obispo de Zamora, José María Cázares y Martínez, hizo la erección canónica de la Congregación en su Diócesis y fue aprobado el reglamento. El Padre Plancarte y Labastida permaneció en Jacona hasta 1882, fecha en que, después de grandes sufrimientos, por las persecuciones y calumnias de que fue objeto, se trasladó a la Ciudad de México. Aquí estuvo colaborando con su tío, el Excelentísimo Sr. Arzobispo de México, Don Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos. La erección canónica de la Congregación, con el nombre de "Hijas de María Inmaculada de Guadalupe", la recibió también en México, D.F., de manos de su tío, el 19 de septiembre de 1885. En la carta del fundador, pone la Congregación bajo el amparo de la Santísima Virgen de Guadalupe. "Amadísimas hijas en Nuestro Señor Jesucristo: Por mi anterior, fecha 4 del corriente 1885, os comuniqué la fausta noticia de la aprobación y erección canónica de vuestra Congregación en esta Arquidiócesis de México por decreto del Ilmo. Sr. Arzobispo Dr. D. Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, fechado en Tacuba el 19 del próximo pasado septiembre. La aprobación del Primado de la Iglesia Mexicana y el establecimiento de la Congregación en la capital de la República, es a la verdad, un paso demasiado gigantesco para nuestra pequeñez, que debe llenamos de gratitud y reconocimiento, para con Dios y hacia el Ilmo. Sr. Arzobispo. Recordando que la cuna de la Congregación fue puesta baja el amparo de la Sma. Virgen de Guadalupe, el 12 de Noviembre de 1867, día en que abrí el Colegio Parroquial de Guadalupe, que es hoy vuestra casa matriz…" La consolidación de estas obras tiene importancia social, pero en el trato cotidiano con los fieles también dejó huella; en San Luis Potosí, por ejemplo, dio los primeros ejercicios espirituales, en 1889, a la hoy Venerable Sierva de Dios, Concepción Cabrera de Armida.

 

Trabajó incansablemente por coronar al la Santísima Virgen de Guadalupe y embellecer su santuario y el 8 de septiembre de 1895, el Padre Plancarte y Labastida fue designado el XVI Abad de la Colegiata de Guadalupe en la Ciudad de México, cargo que ocupó hasta su muerte en 1898. El nombramiento oficial de Abad de la Basílica le fue otorgado por el Papa León XIII.

Construyó el templo expiatorio de San Felipe de Jesús en la ciudad de México el cual fué consagrado el 5 de febrero de 1897.

 

Murió en la Ciudad de México el 26 de Abril de 1898.

Su obra predilecta, la que más amó fue la Congregación de Hijas de María Inmaculada de Guadalupe que desde hace 127 años sigue estando al servicio de nuestros hermanos, sobre todo de los más necesitados.

 

...(Modelo Plancartista)

En perfecta congruencia con la concepción de su filosofía de educación, el modelo Plancartista exige que la primera actitud que debe mostrar un maestro es la de ganarse el corazón de sus alumnos, es decir, el hacerse querer por ellos. Este afecto, debe ser un afecto recto, limpio que no busque sino el bien de sus alumnos. Este modelo afirma que el corazón de un alumno que no se siente querido por sus Maestros permanecerá cerrado a sus enseñanzas; la llave para abrir el aprendizaje es el cariño que el alumno percibe de parte de sus maestros.

Por lo anterior, el ambiente en general alrededor del proceso de aprendizaje, debe ser de tal manera agradable, que facilite este tipo de relación cordial y cariñosa.

El modelo Plancartista tiene claro que el peor método para formar valores y educar en la virtud es la violencia y la represión. Por tal motivo, afirma que sólo cuando se presenta la virtud como algo "amable", es decir, digno de ser amado, se logra suscitar en los alumnos el deseo de adquirirla y este deseo desencadenará los mecanismos que ayudarán a su consecución.

Por otro lado, cuando el estudio no le dice nada a un alumno, porque el contenido no tiene nada que ver con la realidad, o por la forma en que le es presentado, los resultados no se hacen esperar: el rendimiento académico es deficiente y el interés decae notablemente. Asociar una sensación de disgusto por aquellas tareas que les son encomendadas a los alumnos es la mejor manera para que las realicen de una forma ineficiente y poco gratificante.

José Antonio Plancarte no omitía la necesidad de la vigilancia, lo que propone en su modelo es un modo de realizarla -desapercibida- que no acabe por exasperar a los alumnos. Ya que consideraba que si los alumnos se sentían a disgusto en este aspecto todo se viene por tierra.

El modelo sugiere la necesidad de un clima de conveniente disciplina y no en manejar la asechanza pronta a reprender y sancionar. Más que supervisión se debe manejar un acompañamiento personal. Un recurso en este sentido, es conceder a los propios alumnos un cierto grado de autoridad, que los convierta en alguna medida en colaboradores de las figuras de autoridad.

José Antonio Plancarte manifestaba a sus maestros en este sentido: "Procurad más bien ser benignos que justos"

 

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